Hablar sobre el duelo gestacional y/o perinatal sigue siendo un tabú en nuestra sociedad. Es un tema tan delicado, que incluso en muchas ocasiones los profesionales de la salud no saben cómo abordar. De igual manera, les ocurre a los padres que acaban de tener la pérdida y están viviendo ese dolor, o a los familiares y amigos, que no saben cómo hacer frente a la situación, y surge el silencio.
En el momento en que te enteras que vas hacer madre o padre, probablemente se pasen mil pensamientos por la cabeza, algunos que te ilusionaran muchísimo y algún otro que te podrá estresar… Es muy probable que empieces a decidir su nombre, fantasear con su rostro, situaciones, cómo será tu vida con su llegada, noches sin dormir, muchos momentos de felicidad y un largo etcétera… Sin embargo, la posibilidad de pensar que ese bebe lo puedes perder, ni te lo planteas por lo aterrador y doloroso que puede resultar.
“Todos nuestros sueños se pueden desvanecer ante la pérdida del embarazo”
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la muerte perinatal es la muerte del bebé durante el período que comprende el embarazo a partir de la semana 22 de gestación hasta los siete días posteriores a su nacimiento. Sin embargo, no importa el tiempo que hayas estado embarazada, ya que el tiempo y el dolor que puedas sentir, no hará que duela más o menos. La pérdida de un bebé desencadenará tanto en la madre como en la pareja un proceso de duelo en el que experimentarán emociones y reacciones muy intensas, que irán surgiendo a lo largo de las semanas, incluso meses.
Pero ¿cómo afronta nuestra sociedad este duelo? Actualmente, en nuestra sociedad, existen muchas creencias erróneas en torno a este duelo. Es frecuente escuchar a los familiares y amigos decir “Eres muy joven, pronto podrás quedarte embarazada de nuevo” “Si venía algo mal, es mejor ahora que más adelante” “Mejor ahora que cuando sea más grande”, etc. Con estas palabras el entorno familiar busca aliviar el dolor por el que está pasando, pero aunque pueda resultar paradójico el dolor se hace más grande, ya que esa madre y/o padre se siente más solo ante su dolor.
Es frecuente que las madres sientan culpa, piensen que pudo haber sido por algo que hizo mal, analicen las situaciones y se digan ¿quizás si no hubiera hecho…?, y se hagan muchas preguntas que jamás se podrán contestar. Es una manera de dar respuesta a algo que no entienden porqué esta ocurriendo, porqué les esta ocurriendo a ella. Se mezclaran emociones como la tristeza, la culpa, la ira, la confusión, la negación, añoranza en ocasiones. Y todo este proceso, junto a la pérdida del bebé, tendrá otro efecto en la pareja, porque incluso se le validará menos aun su dolor.
¿Cómo podemos ayudar?
Tanto si eres familiar como amigo…. ESCUCHA
En estos momentos lo más importante es acompañar y escuchar, mostrando nuestra cercanía física y emocional tanto con la madre como con la pareja. Hay que respetar los tiempos que necesitara cada uno de ellos, y no imponer los que nosotros creemos correctos. Sabemos que puede resultar incómodo afrontar el tema por la reacción de uno mismo y el doliente, por el dolor que generará en ambos. Pero no olvides que lo importante es escuchar, no recurrir a frases hechas o cambiar de conversación.
“No hay que decir nada si no sabemos que decir”
https://www.youtube.com/watch?v=WKXIyGE1UL0