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La clave final para vencer a las quejas

Todos nos quejamos en algún momento o en varios. Pero, ¿qué ocurre cuando la queja es constante? Cuando crees que todo te pasa a ti, que todo es insoportable y que todo el mundo está dispuesto a amargarte la vida. De repente, el mundo es un lugar desagradable 24 horas al día, ante el que tú te encuentras desamparado/a.

Es posible que te hayas encontrado  con alguien así, o que hayas vivido una época en el que te hayas lamentado más de la cuenta.

¿Qué consecuencias tiene esta visión tan pesimista de nuestro día  a día?

 

Sentirnos siempre la víctima ante cualquier problema nos lleva a tener por defecto y práctica una lupa gigante encima de todo lo negativo. Por lo que no estaríamos viendo la realidad tal como es.  Esto marca un gran desgaste en nuestras vidas y en las de los demás. En las nuestras, porque cualquier pequeña cosa nos supondrá un sufrimiento innecesario y exagerado. Y, para los demás, porque rodearse de gente que sólo ve el lado negativo de las cosas es correr el riesgo de que te contagien de mal rollo. Si tenemos la queja como sistema, estaremos culpando a los demás constantemente de lo que nos pasa, sin hacernos cargo de nuestra responsabilidad. Además, no pondremos en marcha ninguna solución. 

¿Por qué se mantiene?

Una de las claves es la atención recibida. Quejarse se refuerza cuando los demás hacen caso y, especialmente, cuando les sacan las castañas del fuego. En cierto sentido, puede llegar a funcionar como una forma de manipulación, ya que se consigue que los demás hagan caso y puede que hagan lo que queremos.

Imagina a alguien con algún dolor no incapacitante que se pase el día quejándose. ¿No lo hará más insoportable? Y, si los demás para no escucharlo, ceden y hacen cosas por él, ¿no lo hará más dependiente?

Pasa lo mismo en el caso de alguien que simplemente, ante cualquier problema de la vida, su forma de afrontarlo sea lamentándose. Cualquier situación se volverá entonces horrible e incapaz de superarse. Por lo que reforzará su idea inicial de que el mundo es un lugar desagradable. Si acudimos a resolver sus problemas o a escuchar su enésima queja, no optará por buscar una alternativa de afrontamiento.

Para abandonar la queja, además de no recibir atención, es necesario reorientarse hacia la búsqueda de soluciones y romper el ciclo de quedarse encajado en el problema. Además de fomentar el centrarse también en los aspectos positivos de las situaciones, para desdramatizarlas. Analizar el problema, sin embarrarse con él, cogiendo la información necesaria para buscar la solución más adecuada, no para agrandarlo buscando las mil maneras en las que estamos siendo afectados por él. 

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Cuidar tu salud emocional es una buena Idea. Queremos compartir contigo algunas de las claves para gestionar los retos de la vida diaria: ansiedad, vida familiar, relaciones de pareja… ¡Te esperamos en los comentarios!

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