¿Cuántas veces hemos estado muy nerviosos por superar con éxito una entrevista de trabajo? Y es completamente lógico, pero sólo si no nos preparamos la entrevista. Por este motivo, te queremos ofrecer los puntos básicos para entrenarnos a nosotros mismos y superar cualquier obstáculo, que se presente en nuestro camino de conseguir trabajo.
Antes de la entrevista:
Desde el marketing comercial explican que “No hay una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión”, por lo que la primera impresión será difícil de borrar, y habrá que cuidar hasta el último detalle:
- Vestuario neutro, usando colores suaves. Nada de colores vivos o estridentes.
- Vestuario adaptado al puesto de trabajo (No es lo mismo una entrevista para un despacho de abogados, que para un puesto de dependiente de una tienda)
- Lleva el pelo arreglado, barba cuidada y un maquillaje poco llamativo.
- Evita colonias fuertes
- Obtén la máxima información sobre la empresa, el puesto, y el sector al que se dedica.
- Controla tus nervios con una relajación previa al entrar (La técnica más rápida y efectiva es la respiración)
- Prepara tu curriculum.
- Prepara vocabulario adaptado al puesto. (Por ejemplo, repasa viejos apuntes, pregunta a personas que se dediquen a ese puesto, consulta en internet, etc).
El trabajo previo es bastante importante, pero la entrevista es donde juegas todas tus cartas, por eso es importante la puntualidad, la postura, la mirada, comunicación verbal (lo que decimos con las palabras), y la comunicación no verbal (todo eso que decimos con nuestro cuerpo).
- Puntualidad: este factor es muy importante porque indica cómo nos relacionamos con eltiempo. Por ejemplo; llega puntual no más de 10 o 15 minutos antes, pide permiso al entrar, deja que el entrevistador lleve la iniciativa, y sea quien te de la mano en primer lugar.
- Postura: si mantenemos una postura robusta y poco natural daremos mucha información al entrevistador de rasgos que tal vez sólo forman parte del nerviosismo al que nos exponemos. Por eso la postura debe ser natural. Por ejemplo, tener una espalda recta, y cabeza acomodada, y no apoyar los codos en la mesa, mantener los brazos en una posición cómoda.
- La mirada: el contacto directo con nuestro entrevistador es nuestra mirada, entonces es importante estar seguros de nuestras capacidades. Una mirada directa indica sinceridad y seguridad.
- Comunicación verbal: es tan importante lo que decimos como el cómo lo decimos. Por ejemplo: no hablar demasiado alto ni deprisa, dejar hablar y escuchar lo que nos dicen para no precipitarnos a una respuesta, ser sincero para no caer en contradicciones, evitar los TICS de nerviosismo, lenguaje culto y adaptado al puesto sin caer en ser pedantes ni demasiado coloquial.
- Comunicación no verbal: el éxito suele estar en lo que no decimos pero expresamos con el cuerpo, por eso es muy importante fijarnos en qué trasmitimos con los gestos. Deben ser acordes a lo que estamos diciendo. Por ejemplo: tener las manos metidas en los bolsillos, rascarse la cabeza, taparse la boca con las manos, morderse los labios. Para evitar esas situaciones lo ideal es apoyar las manos en las piernas o en los brazos de la silla, mantener la cabeza quieta y de vez en cuando hacer gestos de asentamiento para darle al entrevistador un feedback de que estamos entendiendo lo que decimos y mejorar la comunicación.
A parte de todos estos aspectos a tener en cuenta, siempre será importante el conocernos a nosotros mismos, y saber que el miedo a realizarla o a fracasar lo único que va a potenciar es que no nos salga tan bien como queremos. Por lo que confía en ti, y demuéstrate que eres capaz de conseguirte cualquier reto que te propongas.