¿Qué hacer cuando muere alguien cercano para un niño?
La muerte y los niños
En este artículo hablamos de algo complejo y esperamos que pocos de ustedes pasen por ese trance. Se trata de cuando algo inesperado ocurre en el cole, un niño muere o un profesor. Dejando desolado al resto de compañeros. En esos momentos, es clave tener claro los siguientes pasos a seguir, para hacer la transición lo más “fácil” (que nunca lo es) posible.
Si eres orientador de un centro, profesor, o padre o madre, estos pasos te ayudarán a comunicar el fallecimiento:
Quién
Se debe encargar un pariente o amigo cercano de la familia, en cualquier caso, debe ser una persona cercana y con una buena conexión afectiva con el niño.
Cuándo
Lo antes posible. Muchas veces pensamos que lo mejor es esperar a que los adultos pasen el mal trago y estén re-compuestos para comunicarlo, pero lo cierto es que cuanto antes se haga mejor (la persona que lo comunica debe estar mínimamente compuesta a la hora de comunicarlo), incluso se debe intentar que ocurra antes del entierro. Para así darle la oportunidad al niño de acudir al funeral o estar presente en parte del ritual. De esta manera, siempre que el niño tenga una edad considerable, se debe considerar su deseo de acudir o no, siempre tomando la cautela necesaria.
Dónde
Preferiblemente en un lugar tranquilo, que permita al niño reconocer el lugar, que sea familiar, por ejemplo, el propio hogar.
Cómo
Debemos cuidar nuestro tono de voz, utilizando un tono de voz cálido.
Debemos evitar:
- Eufemismos
- Términos abstractos
- Expresiones que puedan confundir al niño (“como cuando alguien se va a dormir”, “se ha ido de viaje”)
- Evitar explicarlo desde el entendimiento cultural o religioso, sobre todo si el niño no está familiarizado con ello (“se ha ido al cielo”)
- Eludir frases como “los niños no lloran”, “ya eres mayor”, “tienes que ser valiente”…
- Evitar explicaciones fantasiosas que fomenten conceptos erróneos en los niños
Debemos procurar:
- Aportar información clara y concreta. De esta manera minimizaremos que el niño no entienda lo que se le explica, por su nivel cognitivo o por la carga emocional del momento.
- No tener miedo de utilizar la palabra muerte. Explicar que es irreversible, definitiva, y que ocurre como consecuencia del fin de las funciones vitales. (“el cuerpo ya no piensa, no siente, no ve, no habla, etc.)
- Explicar brevemente el suceso. Utilizar el adverbio “muy”, ayuda muchas veces al entendimiento del niño.
- Dar por normales sus preguntas, el pequeño debe sentirse cómodo preguntando. Cuando tenemos una pregunta, debemos responderla con sinceridad y si algo no podemos responder en ese momento, le podemos decir al niño que buscaremos la respuesta o simplemente que no lo sabemos.
Cuando el fallecido es una persona esencial en la vida del niño, su mundo se tambalea, es el momento de darle seguridad y cuidado. Si necesitas ayuda, no dudes en contactar con nosotras. En Tenerife, somos el mejor equipo de psicólogas para ello.