Si estás leyendo este ‘post’ es posible que sientas que la comida y tú tienen una relación de amor-odio, o quizás simplemente el título llamó tu atención. Sea como sea, este artículo no te dejará indiferente pues todos comemos, pero…¿lo hacemos siempre como deberíamos?.
La comida está en nuestras vidas día tras día, suple una necesidad fisiológica básica del ser humano tal y como indicaba el psicólogo Abraham Maslow, la necesidad de alimentarnos. La realidad es que no siempre comemos con hambre, a veces comemos sin experimentar esa sensación; unos comemos rápido y otros lento, podemos comer solos o acompañados, con placer o sin placer, de forma caótica o con orden, mucho o muy poco, con o sin culpa, con o sin vergüenza. Hay quien come con miedo, e incluso, hay quien evita comer.
¡Que tire la primera piedra quien no se haya comido un paquete de galletas o una tableta de chocolate de una sola sentada! ¡Que levante la mano el que no haya picoteado nunca entre comida y comida! ¿Quién no se ha visto engatusado en alguna ocasión por una ‘dieta milagro’ reduciendo su alimentación a frutas y verduras? ¿Quién no ha intentado compensar una comida copiosa evitando cenar esa misma noche?
Pero… ¿por qué ocurre? En ocasiones utilizamos la comida como fuente de placer y le atribuimos un poder de sanación psíquica y física que nos lleva a comer de forma excesiva y desajustada. Sin embargo, en otras ocasiones podemos tender a demonizar la comida, atribuyéndole un valor negativo, llegando a verla como algo amenazante, especialmente aquella que consideramos hipercalórica, esto conlleva un rechazo de ciertos alimentos provocando que nuestra alimentación sea escasa. Estas dos visiones son incorrectas, pues desdibujan la función nutritiva de la comida y la importancia de comer de todo en su justa medida. Aunque, tú y yo, sabemos que son más comunes de lo que deberían.
Si te has sentido identificado/a te estarás preguntando ¿es tan importante esto que me ocurre cómo para pedir ayuda? La respuesta está en la frecuencia con la que te ocurre y en el malestar que esta situación te genere.
Puede que en tu caso simplemente se trate de algo puntual o que incluso forme parte de un estilo alimenticio poco saludable, sin que esto tenga ninguna consecuencia significativa en tu vida. Para que este tipo de conductas requieran de atención por parte de especialistas, no sólo hay que tener en cuenta la existencia de una relación alterada con la comida, sino que además, el momento de la comida y todo lo que gira entorno a ella ha de generarte más que un “quebradero de cabeza”. Es decir, afectar a tu estado de ánimo, encontrarte más nervioso/a, irritable o más desanimado/a de lo normal, empezar a tener más conflictos en tus relaciones familiares y sociales, incluso comenzar a relacionarte menos y a tener más problemas en el trabajo o los estudios pues no rindes igual o te concentras menos.
Si eres consciente de que tu sufrimiento en este momento de tu vida guarda una gran relación con la comida y que toda tu vida se ha puesto “patas arriba” por esta cuestión, es el momento de mirar dentro de ti. Pregúntate si tu manera de relacionarte con la comida y si determinados hábitos presentes en tu día a día van en coherencia con un deseo de perder peso, miedo intenso a ganarlo o una necesidad de esculpir tu cuerpo. Pregúntate también si el valor que te das como persona varía en función de tu peso o forma corporal.
Llegados a este punto, si todas las respuestas han sido afirmativas, revisa los tres últimos meses de tu vida, pues este suele ser el margen de tiempo que se toma por referencia para saber si esos comportamientos descritos con anterioridad son puntuales o realmente tienen relevancia psicológica.
Si consideras que tu caso encaja con lo descrito y además sientes la necesidad de salir del bucle en el que te encuentras sumergido/a, quizás es el momento de pedir ayuda, pues “aunque es algo que sólo tú puedes hacer, no puedes hacerlo solo/a”.
Referencias bibliográficas:
- Arranz A., 2017. Pirámide de Maslow: qué es y sus aplicaciones prácticas. Recuperado de: https://blog.cognifit.com/es/piramide-de-maslow/
- Asociación Americana de Psiquiatras (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5ª edición).
- Calvo R., 2002. Anorexia y Bulimia: Guía para padres, educadores y terapeutas.
- Perpiñá C., 2015. Trastornos Alimentarios y de la Ingestión de Alimentos.