Emociones: ¿por qué las sentimos?

Algunas emociones son consideradas positivas y otras negativas, lo cierto es que todas existen por una razón. Promueven nuestra adaptación, ayudándonos a procesar lo que ocurre y a comunicarnos. También nos mueven a la acción.

¿Para qué sirven las emociones?

Si pensamos en aquellas emociones que experimentamos como agradables, la respuesta parece más fácil. A todos nos gusta sentir la alegría, ¿pero qué pasa con la tristeza, el miedo o la ira? Estas son menos populares, provocan rechazo y mucha evitación. Queremos huir de ellas a toda costa, para no sentirlas.

Pero si son tan desagradables… ¿por qué existen? Las emociones tienen una función adaptativa, social y motivacional. A nivel social nos ayudan a comunicarnos. Cuando los demás leen nuestras emociones gracias a la expresión corporal y facial, facilita nuestra adaptación.

Alegría: Cuando algo nos pone contentos, queremos repetirlo. Y si hay gente implicada, fomenta la unión.

Asco: El asco tiene una función evolutiva muy importante. Gracias a él rechazamos aquello que nos puede poner en peligro. Piensa en cómo es tu cara de asco: creas una mueca que cierra los orificios nasales. Te protege.

Sorpresa: Aparece ante las novedades, y nos ayuda a explorarlas.

Miedo: Una de las emociones experimentadas con mayor desagrado, sin duda. No nos gusta sentir miedo. Se han escrito libros y libros sobre cómo superarlo. El miedo nos avisa de los peligros para que salgamos vivos. Función de protección por excelencia. ¿Por qué es tan desagradable? Piensa que si no fuera así, a lo mejor no le haríamos caso y caeríamos ante la primera amenaza.

Ira: ¿Qué sientes cuando te enfadas? Seguramente mucho calor, inquietud, pensamientos agresivos y probablemente ganas de gritar e incluso golpear. No es una emoción tranquila y esto es porque está para eliminar amenazas. Todo lo que nos haga daño, el enfado está para ahí para reducirlo.

Una de las emociones más incomprendidas y, tal como refleja la película Inside Out de Disney, tiene una función vital. Y es que facilita el pedir ayuda cuando nos encontramos mal y además, nos desactiva proporcionándonos la posibilidad de reflexión para adaptarnos a la situación que nos la haya provocado.

Si crees que tienes algún problema para gestionar tus emociones, no dudes e consultar a los mejores psicólogos expertos en el área, en el Centro de Psicología Idea te ayudamos a mejorar tu calidad de vida.