Ves a esa persona y parece que tu mundo se reduce a su sonrisa. Estás más alegre de lo normal, todo te parece más bonito y sientes que puedes con todo. Incluso aunque estés durmiendo algo menos y haya veces que no te baje la comida. La euforia te invade y quieres verla a todas horas. A veces, más que querer, parece que necesitas verla. Con urgencia.
Dicen que es el amor lo que mueve el mundo. Y si lo estás sintiendo ahora, sabrás que por lo menos el tuyo, está siendo sacudido por un montón de sensaciones descontroladas y una cascada de pensamientos con un solo protagonista.
¿Qué pasa cuando te mira?
Se vive como si fuera una droga. Nuestro cerebro empieza a liberar sustancias que nos hacen verla/o libre de defectos y tener una percepción distinta del tiempo cuando estamos con él/ella. Sentimos las famosas “mariposas” en el estómago: una ansiedad que interpretamos como maravillosa. Pulso acelerado, euforia, y necesidad de contacto. Intentamos agradarle por todos los medios. Nos parece la persona más perfecta del universo y cualquier cosa nos recuerda a ella
Uno de los principales responsables de que nos sintamos tan bien es la dopamina. Interviene en el placer, lleva a repetir todo aquello que nos resulta placentero, por lo que explica que quieras volver a verla aunque la última vez fuera ayer.
¿Te dicen que nunca te habían visto tan feliz? La serotonina hace que tengas ese buen humor que a tus amigos sin pareja y con ganas de tenerla les resulte empalagoso.
La oxitocina ayuda a establecer vínculo afectivo cando abrazas, besas o al tener sexo con la persona que te gusta.
La adrenalina y noradrenalina intervienen en tu buen estado de ánimo y en que toda tu atención se vaya hacia él/ella.
¿Por qué te sientes “en una nube”? La feniletilamina te estimula el cerebro y te deja en ese estado de enamoramiento que te hace ver la vida mucho más bonita que antes de conocerla.