Intolerancia a la incertidumbre
Todos la hemos podido sentir alguna vez. A la espera de unos resultados, ya sea una evaluación o unas pruebas médicas. Cuando esperas ese tiempo que te ha pedido esa persona que tanto quieres. O cuando no sabes si te han seleccionado para el trabajo de tu vida. La intolerancia a la incertidumbre normalmente es la esencia de la ansiedad, y otras muchas ocasiones de la depresión.
La intolerancia a la incertidumbre desempeña un papel clave en nuestro día a día. Vemos los cambios y el futuro como si fuéramos alérgicos a ellos. Sintiendo miedo, pavor o terror cada vez que algo cambia y no sabemos como será lo que viene a continuación.
“Consideramos la incertidumbre como el peor de todos los males hasta que la realidad nos demuestra lo contrario” – Jean Baptiste Alphonse Karr.
¿Qué es la intolerancia a la incertidumbre?
La intolerancia a la incertidumbre es una característica personal que consiste en creencias negativas sobre lo que no sabemos que ocurrirá y lo que esto conlleva. Es una característica que puede afectar a nuestra persona y a nuestro entorno. La vida es incierta y muchas veces, no podemos controlarla.
Hay muchas investigaciones que afirman que cada persona reacciona de manera diferente ante la situación de no saber que ocurrirá. Unos pueden soportar niveles muy altos en sus vidas y otros apenas toleran grados mínimos.
“La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar.” – Vargas Llosa
¿Soy intolerante a la incertidumbre?
Si cumples alguna de las características que describimos a continuación no significa que tengas un problema irremediable e “incurable”. Significa que quizás eres más propenso a sentirte incómodo ante situaciones que no tienes bajo control o ante un futuro incierto, aunque eso ya tu lo sabías, ¿verdad?
1. Cuando no estás seguro de lo que ocurrirá, te sientes mal.
Y mal en términos físicos o emocionales, es decir, puede llegar a dolerte mucho la barriga o la cabeza o no puedes concentrarte en lo que estás haciendo. Te encantaría saber que te depara el futuro y la ambigüedad de lo que pueda ocurrirte, te genera mucho malestar.
2. Estás preocupado constantemente.
Sabemos que el 38% de las personas se preocupan como mínimo una vez al día. Pero tu sabes que te pasa más veces, y que en ocasiones no puedes gestionarlo.
*Entendemos por preocupación una actividad verbal, relativamente incontrolable, que se acompaña de un sentimiento negativo. El proceso de preocupación representa normalmente un intento de solución mental de problemas sobre un tema cuyo resultado es impredecible.
3. Evitas cualquier actividad, persona o situación que no puedas tener bajo control.
Es decir, consciente o inconscientemente, intentas no acudir a actos en los que no sepas como va la cosa, hacer exámenes a los que no estás 100% seguro de que vas a aprobar, entre otras cosas. Vamos, que las fiestas sorpresa, no son lo tuyo.
4. Intentas controlar lo incontrolable
Muchas veces te has visto en la tesitura de intentar controlar que tiempo hará dentro de una semana para poder gestionar un plan, o de intentar que algo que ocurrirá en un futuro sea de una manera, que generalmente, no depende de ti, por ejemplo, conservar el trabajo que tienes actualmente para siempre. Lo cual debe ser agotador.
Lo peor de la intolerancia a la incertidumbre es el malestar (ansiedad, bajo estado de ánimo…) que genera a la persona que lo sufre, por eso, si te sientes identificado y crees que este problema ya no tiene cabida en tu vida, llámanos. Tenemos al mejor equipo de psicólogos en La Laguna, Tenerife, para ayudarte a resolverlo.