A medida que cumplimos años, no sólo vamos acercando a la vejez sino a los estereotipos que la rodean. Es una etapa muchas veces relacionada con la pérdida de autonomía e independencia, en la que parece que dejamos de ser personas productivas para la sociedad. El envejecimiento se asocia a debilidad, enfermedad, dependencia y limitaciones. Y lo cierto es que es donde existe una mayor variabilidad entre las personas: no todo el mundo pierde funciones de manera limitante y aun así, es importante potenciar su calidad de vida, la cual no depende simplemente de que no exista enfermedad, sino del desarrollo de la persona a todos los niveles.
El poder de los estereotipos radica en que, según percibimos o pensamos que es esta etapa, es más probable que nos comportemos así ¿Quién no ha visto como tratan a un anciano o anciana como si fuera un niño? La depresión en esta etapa está muchas veces asociada a los cambios sociales que se producen y a todos los prejuicios que llegan de golpe.
Llegar a la vejez no significa que nuestra vida tenga que reducirse al mínimo, sin disfrutar de ocio o vida social. Suele asociarse el envejecimiento al fin de la vida y esta concepción lleva a cambiar la rutina diaria por una más inactiva. Aquellos que dejan de trabajar sufren un cambio importante y donde antes ejercían un papel que daba forma a sus días, ahora se encuentran sin objetivos.
Para ver la vejez como lo que es, una etapa más de nuestra vida llena de posibilidades, tenemos que plantearnos que su llegada no implica dejar de realizar actividades. Y en este sentido, el aprendizaje tiene un papel muy relevante.
El envejecimiento activo supone una mejora de la calidad de vida para los mayores, optimizando las oportunidades de salud y participación. En este sentido, involucrarse en actividades sociales y culturales como una asociación o voluntariado, y aprender o mejorar nuevas habilidades como un idioma, traerán múltiples beneficios para vencer al “¿pero para qué voy a aprender eso ahora?”
- Aumento y mejora de las relaciones personales
- Desarrollo de capacidades cognitivas
- Mejora de la autoestima
- Sentirse más responsables de sí mismos
- Objetivos y proyectos por los que estar motivado y levantarse día a día
- Prevención de la depresión y aislamiento
En nuestro centro, tenemos listo un programa de estimulación cognitiva, Brain Factory 50 +, para mantener un desarrollo cognitivo óptimo y promover una vejez activa.