Desde siempre, hemos distinguido la belleza de lo no tan bello. Calificamos lo bonito como un don especial, y lo que no lo es, lo tratamos casi como una maldición. Y es que hay mucha gente especialmente cruel con aquellas personas que se salen de los estándares sociales de lo que se considera atractivo. Lo podemos ver con los niños, cuando se burlan y rechazan a un compañero por sobrepeso o por ser excesivamente flaco, bajito, muy alto, o que tienen algún rasgo fuera de lo común. 

Lo que realmente debe preocuparnos y de lo que tenemos que tomar conciencia, es del juicio discriminativo estético que la sociedad le da a la apariencia física. Y es que esto está teniendo enormes consecuencias para nuestro futuro. Podemos ver cada día en las redes sociales como el éxito está vinculado por el grado de atractivo físico. Así que no nos extrañemos y mucho menos nos irresponsabilicemos del papel que desarrollamos cada uno de nosotros con el aprendizaje discriminativo que damos a nuestro entorno cercano, de lo que es atractivo o no y que se ve reforzado por los medios de comunicación.

La belleza interna y la percepción de nuestro cuerpo

Como decía antes, nuestro entorno más cercano es determinante para crear las ideas que tengamos sobre nuestro cuerpo y las evaluaciones que nos hagamos. Si por alguna característica, nos salimos del estándar deseado, somos testigos de la observación y el trato comparativo no integrativo. Además, esto crea una necesidad de llegar al estándar de belleza poniendo la imagen corporal en lugares inalcanzables y esperando ser aceptados por nuestro grupo de referencia. 

A medida que crecemos y aprendemos la norma social de la imagen corporal. Así que, solo necesitamos mirarnos al espejo y hacer una revisión detallada de lo que somos físicamente. Casi siempre el resultado es que pocas cosas se salvan y casi siempre nos sobra o nos falta algo. 

No nos valoremos en función de nuestra belleza física. Debemos entender que somos mucho más que apariencia física y cumplir estándares. Aceptemos nuestra imagen corporal inventando nuestra propia norma de belleza, atendiendo a nuestro propio concepto de lo bello, porque para gustarte a ti mismo no tienes que utilizar conceptos externos, ni parecerte a nadie. Los requisitos sobre tus preferencias personales deben ser una mezcla entre variables aptitudes intelectuales y tus virtudes afectivas. 

La belleza es una cuestión de actitud, si te sientes guapo lo eres. Lo saludable es destacar las cosas que te gustan de ti aunque no coincida con la norma general del momento. Para mejorar esa imagen de ti mism@:

• Define tus propios criterios de lo que es atractivo
• Descarta la perfección física y los criterios estrictos
• Descubre y potencia las cosas que te gustan de ti
• Recuerda que la autoimagen que sientes se transmite a otros

Caja de preguntas:

¿Crees que tener cada uno su propio criterio de belleza nos ayuda a juzgarnos menos?

¿Has pasado por este proceso de transformación de lo socialmente aceptado, a construir tu propio criterio de atractivo personal?

¿Qué papel juegan las redes sociales en esto? ¿Y nuestro entorno más cercano?