Soy la loca de los deberías. Cada vez que escucho uno es como si escuchase una palabra mal sonante. Es imposible que mi cerebro no los detecte. Tengo una alarma asociada a esa palabra.
Debería.
¿Te has preguntado alguna vez por qué deberías hacer X cosas?
Deberías sacar la carrera.
Deberías tener un hijo.
Deberías tender la ropa.
Deberías quererle.
Debería quererme.
Debería levantarme.
Debería estudiar.
Debería hablar con aquella.
…
Son infinitos.
Y realmente, ¿deberías? o ¿te gustaría?
¿Cómo cambia la situación si dices lo segundo?
Me gustaría sacar la carrera.
Me gustaría tener un hijo.
Me gustaría tender la ropa.
Me gustaría quererle.
Me gustaría quererme.
Me gustaría levantarme.
Me gustaría estudiar.
Me gustaría hablar con aquella.
Tú no tienes deber con nada (salvo lo que dicta la ley).
Las palabras importan.
Úsalas con cuidado.
Ventajas de trabajar tu voz crítica ¿como paro la palabra deberías?
- Estoy en pareja y me siento sola
- Juegos sexuales para potenciar la relación de pareja
- El símil entre surfear una ola y las habilidades sociales
- Conexión entre naturaleza y cuerpo (porque me resulta tan difícil)
El otro día leí una frase que me hizo reflexionar, la frase era la siguiente “¿Es el mundo un lugar artificial?” Mi primera respuesta fue un no, después me dije bueno sí, y al momento pensé, bueno dependiendo de dónde estés..
Y es que si algo está claro es que las urbes son un mundo totalmente artificial, un hábitat que se ha creado por y para el “bienestar de la especie humana”, pero se consigue este bienestar… pues eso seguro que te lleva a más preguntas…
La idea que me ronda es que hemos creado un mundo artificial, en el que hemos ido desarrollando exigencias que nosotros mismos hemos inventado… y esto nos lleva a alejarnos de lo esencial y vamos contra natura.
Aunque conectar con la naturaleza se ha convertido en un eslogan de publicidad, la realidad es que hay una tendencia a volver ella, a volver a conectar con las cosas simples de la vida como puede ser pasear por medio del bosque, ser conscientes de su grandeza y de su ritmo, de su quietud… Pero esto no es tarea fácil ¿por qué?
Porque en el mundo actual se nos impone un ritmo frenético en el que si no haces, si no produces, no públicas, parece que no eres nadie, parece que no puedes vivir, que te quedas fuera de la red.. pero te invito a preguntarte…
¿Esto es real?
El ruido de mi cabeza no me deja pensar
“ Ruido, ruido y más ruido” Es como si mi mente no parará, no pudiera estar ni un sólo minuto del día tranquila, quieta sin pensar, y es curioso por qué al mismo tiempo tanto pensamiento no me deja pensar.
Puede que conozcas esa sensación de ser incapaz de dejar de pensar, ese “ruido mental” que en ocasiones nos acompaña de forma constante, suele ser nuestro peor aliado porque nos impide encontrar nuestra quietud interior y la conexión con nosotros mismos.
Y es que vivimos en una época en el que la rapidez es el pan de cada día, desde bien temprano vamos con prisa, rodeados de miles de tareas que en ocasiones postergamos porque no nos dan tiempo de realizar.. y mientras tomamos decisiones, ya tenemos más ideas y más tareas….
De alguna forma, creo que en muchas ocasiones vivimos hacia atrás y hacia delante, y no es que no nos importe el presente, sino que no somos conscientes de lo importante que es. Y en esta espiral de pensamientos, nos hemos vuelto “adictos” a pensar e hipotetizar, y hemos olvidado el conectar con el sentir. Conectar con lo que realmente me apetece, con lo que me hace vibrar..
Y tú, ¿cómo haces para (des) conectar? 🧠♥️💭