Intentas mostrar tu desacuerdo con alguien pero sin darte cuenta, a medida que avanza la conversación, te va arrastrando a su terreno. Puede que no te deje hablar o que no sepas qué responder. Sin saber cómo has llegado ahí, acabas disculpándote cuando tú formulaste la queja. ¿Te resulta familiar? Se llama manipulación.
Si es así, vamos a darte las claves para defenderte ante estas situaciones. Para que puedas alzar tu voz defendiendo tu postura y sin pisar la del otro. Es muy importante tener en cuenta que para llevarlas a cabo, debemos mantener siempre un tono calmado que en determinadas circunstancias puede no parecer tarea fácil.
- Disco rayado: consiste en repetir una y otra vez lo mismo, con diferentes palabras, ignorando el resto de cuestiones que vayan surgiendo. De esta manera puedes rechazar algo sin tener que dar muchas explicaciones ni justificarte por ello. Además, podrás decir lo que quieres sin perderlo por el camino.
“Lo siento pero no puedo acompañarte. No voy a poder. No, no voy a poder ir”
- Separar los temas: técnica útil para los momentos en los que se acaban mezclando temas que muchas veces no tienen que ver y que generalmente generan culpa. Por ejemplo, decir que si de verdad quisieras a esa persona, lo harías. O que si fueras un buen amigo, le prestarías tu coche.
- Desarmar la ira: si detectas que la otra persona está muy enfadada, pasa a centrarte en esa emoción. Retomarán el contenido cuando haya calma. El objetivo es poder hablar las cosas de la mejor manera posible y cuando existe una activación muy grande, es más difícil. Es muy importante expresarle que, en cuanto se calme hablaremos de ello y hacer con un tono amable. Y, por supuesto, ignorar cualquier insulto o ataque que se produzca.
“Veo que estás muy enfadado, ¿nos tomamos algo tranquilamente y hablamos de ello con calma?”
“Te noto muy alterado. Hablaremos de ello en cuanto te calmes”
- Preguntas: hay veces en los que la otra persona actúa de manera impulsiva y preguntar directamente si se ha sentido enfadado por algo puede ayudarle a darse cuenta. Además, mostrarás tu interés por su estado y podrás obtener detalles para solucionar el conflicto.
- Bando de niebla: antes de rechazar algo o de expresar desacuerdo, emitir una posibilidad de que la otra persona pueda tener razón. Esto le dará la sensación al otro de que no estamos rechazando directamente su postura y al mismo tiempo, expresamos nuestra opinión sin fisuras.
“Puede que tengas razón, pero…” “Tal vez sea cierto, pero yo…”
- Ofrecer disculpas: puede parecer muy obvio, pero cuando la otra persona es la que se siente herida, disculparte es vital. Porque reconoceríamos sus sentimientos y vería quele hemos escuchado y entendido. Las personas que no se disculpan y admiten sus errores suelen tener más problemas en sus relaciones.
Todas estás técnicas junto con otras muchas, se practican en terapia. Si crees que al utilizar estas técnicas, no te sientes cómodo o capacitado, no dudes en contactarnos, estamos aquí para ayudarte.