Cientos de páginas se han escrito dedicadas a la autoestima, esa palabra que tanto duele cuando se encuentra en marea baja. Buscamos colocarla en la cima y lo cierto es que muchas veces no se sabe bien cómo hacerlo. Pero, ¿sabemos realmente qué es la autoestima y de qué se compone?

La autoestima es la evaluación que hacemos de nuestro autoconcepto, palabra menos famosa pero indispensable. Está formado por los elementos que usamos para describirnos. Es decir, todo lo que hacemos que nos define. Por ejemplo, ser estudiante, ser médico, ser amigo, e incluso nuestros intereses. El autoconcepto se forma generalmente a partir de las áreas más importantes de nuestra vida: familiar, social, académica/laboral, imagen corporal… Si para ti ser un buen jugador de tenis no tiene importancia, no te afectará tanto si aciertas o no a darle a la pelota. Sin embargo, si ser bueno en tu trabajo  sí es importante, será relevante.

Por tanto, la autoestima es cómo valoramos lo que hacemos. Si valoras positivamente ser un buen estudiante pero no estás sacando buenas notas, puede que tu autoestima en ese aspecto se vea afectada. ¿Por qué? Porque tu ideal no coincide con tu percepción de ti mismo. Y de esto depende la autoestima. Cuando estas dos visiones están equiparadas, es cuando decimos que tu autoestima es alta. Cuando distan mucho la una de la otra, tu autoestima será baja. No tiene que ocurrir en todas las áreas de tu vida, pero en cuantas más ocurra, más baja será.

Una buena autoestima es importante para desarrollarse y mantener una buena salud mental.  No significa ser bueno en todas las áreas. Tener una visión sana de uno mismo es aceptar tus defectos sin llegar a ser excesivamente crítico. Una autoestima baja quiere decir que la persona no sabe encontrar áreas de su vida de las que sentirse orgullosa (no que no las haya).

¿Cómo mejorar tu autoestima?

Si tu autoestima depende de la distancia a la que se encuentran tu ideal y la percepción que tengas de ti mismo, tenemos que tener en cuenta varias cosas:

• Puede que haya que ajustar tu Si tus expectativas no son realistas, te costará conseguir tus objetivos y no llegarás al listón que te has puesto.

• Hacer más realista la percepción de ti mismo. Esta percepción no es del todo objetiva ya que más que lo que hacemos es lo que pensamos que hacemos. Y estará más llena de subjetividad negativa cuando somos excesivamente críticos. Por lo tanto, no estaremos viendo realmente lo que hacemos sino añadiéndole una buena dosis de negatividad.

• Enseñarte habilidades para mejorar un área en concreto. Puede que en este momento no cuentes con las estrategias adecuadas para funcionar en un aspecto específico o que requiera hacer las cosas de otra manera. Recuerda que si el autoconcepto es todo lo que hacemos, si llevamos a cabo las herramientas que más se ajusten a la situación, aumentará la posibilidad de que te desenvuelvas bien y mejore tu autoestima.

• Aumentar el número de áreas. Puede que ahora mismo la cantidad de actividades que haces al día, los roles que ejerces no sean suficientes. Por ejemplo, si sólo cuentas con el área familiar y laboral, y existen problemas en una de ellas o en las dos, el efecto es más devastador que si tienes área social, laboral, académica, de intereses, familiar… Puesto que el resto seguirá funcionando para proporcionarte información positiva de ti mismo.