La fobia social se caracteriza por un miedo intenso y duradero en una o más situaciones sociales. El mayor temor que tiene una persona que padezca este problema, es ser observada. Y lo que teme realmente es la posibilidad de hacer el ridículo. Quedando en evidencia o mostrando lo ansiosa que se siente (temblores, sudoración o rojez).
Debido a este miedo intenso, muchas veces lo que ocurre es que evitan hacer exposiciones, ir a fiestas, hablar con aquel chico o chica que les gusta… O las soportan, es decir, hacen la exposición, van a la fiesta, y hablan con aquel chico o chica, pero pasándolo fatal. Esto es un problema cuando interfiere con tú vida, tú día a día. No se trata sólo de un tema de ansiedad, ni de timidez (son cosas diferentes). Se trata de algo más intenso y frecuente.
Las situaciones más temidas se pueden dividir den varios bloques:
1) Hablar en público: ya sea en pequeños o grandes grupos.
2) Situaciones informales:
- Tener conversaciones, ya sea en tu casa o en tu grupo de amigos de siempre o con tu pareja.
- Unirse a alguna actividad o charla que ya ha empezado, por ejemplo, unirte a una conversación o llegar tarde a una clase y entrar interrumpiendo.
- Hablar de temas personas
- Hacer cumplidos
- Expresar cariño
- Conocer gente nueva
- Ir a fiestas
- Concertar citas y acudir, por ejemplo, ir al dentista, ir al médico, ir al psicólogo o al fisioterapeuta.
- Llamar a alguien por teléfono. Por lo que se hacen amantes de las redes sociales y aplicaciones como WhatsApp.
- Recibir críticas, independientemente de que sean constructivas. La ansiedad que generan, el miedo que causa en ellas es muy grande.
- Establecer relaciones íntimas, ya sea teniendo una conversación de tú a tú o intimando con su pareja.
3) Defender sus derechos:
- Expresar desacuerdo o enfado
- Pedir que alguien cambie su comportamiento
- Devolver un producto o hacer una reclamación
- Hacer una petición o rechazarla
- Hablar con figuras de autoridad, ya sea tu jefe, tu profesor, tu padre o tu madre.
- Mantener con firmeza las opiniones propias
4) Ser observado:
- Comer, beber, escribir, trabajar o llamar por teléfono delante de otros
- Entrar en un sitio donde ya hay gente sentada, por ejemplo un restaurante o un cine repleto de gente.
- Pasar por delante de un grupo o de una cola de gente
- Ser el centro de atención (en un cumpleaños, por ejemplo)
Todas estas situaciones generan un miedo excesivo con un amplio abanico de síntomas y un despliegue de pensamientos que hacen creer que tendrán una posibilidades altísimas de fracasar, hacer el ridículo o de que la gente se ría de ellos, los critique y rechace.
¿Cómo se puede tratar?
La manera de superar el miedo es hacerle frente. Lo que mantiene el problema es la evitación, puesto que, si huyes de una situación tu cerebro registrará que te has salvado gracias a la huida. Recuerda que la ansiedad trabaja por tu supervivencia, por lo que entenderá que es la mejor manera de mantenerte a salvo. La próxima vez que tengas que enfrentarte a una situación de la que has huido anteriormente, tendrás más ansiedad y tus pensamientos serán más negativos y alarmistas, por que si has huido anteriormente es que realmente es peligroso, ¿verdad?
Es cierto que, a corto plazo, si te vas, sentirás alivio. Pero, ¿qué ocurre a largo plazo? El problema se hace cada vez más grande y se cronifica. Es como una pequeña bola de nieve, que va rodando ladera abajo, y cada vez tiene más fuerza y cuerpo. Es más fácil parar una pequeña bola, que un alud.
Exponerse a las situaciones que generan temor es la manera de enseñarle a tu cerebro que no hay tantas posibilidades de hacer el ridículo o que te critiquen, como temes. Con las herramientas adecuadas, puedes resolver las situaciones sociales que te generan ansiedad satisfactoriamente. Se trata de exponerse poco a poco, desde lo que menos ansiedad de provoca hasta lo que más, de forma controlada y de mutuo acuerdo entre tú y tu psicólogo para que, poco a poco, vayas viendo como puedes manejar tu ansiedad y recuperar tu vida social. Por lo que te aseguramos, ¡es posible!