Siempre he sentido curiosidad por todas aquellas cuestiones que escapaban a mi entendimiento, desde muy pequeña indagaba en libros que pudieran resolver todas aquellas preguntas que surgían en mi cabeza.

Decidí dedicarme a la psicología porque siempre he sentido gran inclinación hacia el conocimiento en profundidad de la mente humana y los complejos procesos de su funcionamiento.

La psicología me permite entrar en contacto con la vida de otras personas, ver y entender diferentes realidades y perspectivas vitales. Me mueve sobre todo el poder ayudar a quien acude a consulta a entender nuevas formas de
percibir su realidad interna y externa, entendiendo la terapia desde el acompañamiento en el proceso de crecimiento, superación de dificultades y aporte de herramientas que puedan servir a la persona para tener una vida más plena y con sentido.

Creo que la psicología es imprescindible para tener una comprensión más profunda y amplia de la mente humana, que hacen a la persona dirigirse con mayor confianza ante la vida y a su vez entender mejor a las personas que le rodean, disminuyendo los juicios hacia uno mismo y hacia los demás, aumentando a su vez el bienestar general y la sensación de plenitud.

Para mi supone un enriquecimiento mutuo, un trabajo en equipo donde ambas partes miran en una dirección, para superar momentos de incertidumbre, de sufrimiento, entendiendo el dolor como algo inherente y muy humano, respetando cada paso y cada proceso de la otra persona.