No existe una respuesta exacta. Pero sí podemos darte unas orientaciones para que puedas decidirte y pedir ayuda.

Es posible que lleves algún tiempo encontrándote mal. Las cosas que antes disfrutabas ahora ya te resultan indiferentes y no sabes qué hacer para sentirte bien. O, puede que, el malestar que últimamente va contigo a todas partes esté alejándote de cómo era tu vida, convirtiéndola en un lugar del que te gustaría mudarte.

¿Por qué pasa esto? Puede que se te pase por la cabeza la siguiente pregunta: “¿cómo es posible que no sea capaz de solucionar yo mismo mis problemas?” He aquí la primera trampa a la que puedes enfrentarte cuando te plantees pedir ayuda, y es que no nacemos con todos los conocimientos ni herramientas para resolver todos los problemas que aparezcan en cualquier momento de nuestra vida. No somos máquinas de solucionar problemas, por lo que pedir ayuda no nos hace débiles, sino que, al hacerlo, tomamos la decisión de revertir la situación en la que nos encontramos, para conseguir las herramientas adecuadas que te sirvan para enfrentarte a ella.

Sentirse mal a lo largo de la vida es algo inevitable. Todos hemos sufrido algún rechazo, algún desamor, alguna pérdida; alguna situación que nos ha sobrepasado y a la que nos hemos tenido que adaptar.

Pero entonces, ¿cuándo hay que pedir ayuda?

• Una de las señales es si el malestar está impidiendo nuestro desarrollo o causando problemas importantes en cualquiera de las áreas que sostienen nuestra vida, ya sea familiar, social, laboral o de estudios.
• El malestar es intenso, en ti o en los que te rodean, y, aunque has intentado muchas cosas para solucionarlo, nada ha funcionado.
• Evitas a toda costa pensar en ello haciendo cosas que te distraigan o te alejen de la realidad, como beber más alcohol de la cuenta, automedicarte, darte un atracón de series, jugar a videojuegos o juegos de azar sin parar…
• Te han comentado que tienes un problema. Muchas veces ver las cosas desde fuera hace más sencillo observar los cambios y, aunque tú no te hayas dado cuenta directamente, alguien de tu entorno sí lo ha hecho.

Si te sientes identificado con alguna de estas señales, no dudes en ponerte en contacto con nosotras. En Idea tenemos un gran equipo de profesionales que te ayudarán a conseguir mitigar ese malestar.